El 7 de septiembre de 1936, en el zoológico de Hobart, Tasmania, falleció Benjamín, el último tigre de Tasmania conocido. Esta especie, también llamada tilacino, era un marsupial carnívoro nativo de Australia, Tasmania y Nueva Guinea.
Los tilacinos eran conocidos por su distintiva apariencia, similar a un lobo, pero con rayas oscuras en la parte posterior de su cuerpo, lo que les valió el apodo de "tigres". Benjamín había sido capturado en 1933 y pasó sus últimos años en cautiverio.
La especie ya estaba en peligro crítico debido a la caza intensiva promovida por el gobierno, la competencia con los perros salvajes introducidos por los colonos europeos, y la pérdida de hábitat. A pesar de los esfuerzos por protegerlos, el número de tilacinos disminuyó rápidamente.