Flechas y mercurio: la razón por la que la tumba del primer emperador chino sigue sin ser abierta
![Flechas y mercurio: la razón por la que la tumba del primer emperador chino sigue sin ser abierta-0](/sites/default/files/styles/wide/public/images/2023/02/08/Guerrero%20de%20Terracota.jpg)
En 1974 un grupo de agricultores descubrió por casualidad, al cavar un pozo en busca de agua, al mundialmente famoso Ejército de Terracota. Miles y miles de soldados, caballos, carros de guerra y otras figuras que custodian la entrada a la tumba del primer Emperador de China, Qin Shi Huang. Sin embargo, casi 50 años después, la tumba sigue sin ser abierta, y aún nadie sabe lo que hay dentro. La razón es una serie de peligros que se cree que correrían quienes intenten abrir la tumba, como flechas mortales y veneno, así como un peligro latente de dañar a la tumba.
Historia o mito
El historiador chino Sima Qian escribió, 100 años después de la muerte de Qin Shi Huang, que la tumba está conectada a trampas diseñadas para matar a los intrusos: “Se ordenó a los artesanos que fabricaran ballestas y flechas preparadas para disparar a cualquiera que entrara en la tumba. Mercurio se usó para simular los cien ríos, el Yangtze y el río Amarillo, y el gran mar, y se puso a fluir mecánicamente”. Esto fue considerado una fantasía por mucho tiempo, pero un estudio reciente comprobó la existencia de concentraciones elevadas de mercurio alrededor de la tumba.
![El Ejército de Terracota fue descubierto por casualidad, al cavar un pozo en busca de agua.](/sites/default/files/inline-images/Ej%C3%A9rcito%20de%20Terracota_0.jpg)
Peligro real
Pero más allá del mercurio y de las trampas mortales, los arqueólogos temen que una excavación con la tecnología actual pueda dañar a la tumba. Les preocupa que pueda pasar algo similar a lo ocurrido tras el descubrimiento de Troya cuando, por precipitación e ingenuidad, los descubridores dañaron irremediablemente parte del legado. Es por eso que los arqueólogos chinos prefieren esperar a que los avances científicos y tecnológicos les permitan en un futuro próximo, finalmente descubrir qué hay adentro de la tumba del emperador que se mantiene cerrada desde hace más de 2.200 años.