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Descubren el esqueleto de un monje encadenado en una iglesia bizantina cercana a Jerusalén (FOTOS)

El esqueleto encadenado con gruesos grilletes de hierro de un monje que vivió hace 1.500 años abre grandes interrogantes sobre esta singular práctica ascética.
Por HISTORY Latinoamérica el 11 de Enero de 2023 a las 17:41 HS
Descubren el esqueleto de un monje encadenado en una iglesia bizantina cercana a Jerusalén (FOTOS)-0

Arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA), que trabajan en el yacimiento Khirbat el-Masani, al noroeste de Jerusalén, descubrieron una iglesia bizantina con tres ábsides, probablemente dedicada a Zacarías, y el esqueleto de un monje encadenado.

Según detalló la IAA, la iglesia formó parte de un monasterio que supo hospedar a peregrinos, está parcialmente excavada en la roca, fue construida con sillares de piedra caliza y es parte de un enorme complejo arquitectónico descubierto en 2017.

Monje asceta

En el ábside central de la iglesia, los arqueólogos descubrieron los restos de un monje que vivió hace 1.500 años, enterrados en una cista, es decir, un tipo de monumento funerario individual de pequeñas dimensiones, con un detalle tan particular como macabro: su esqueleto fue hallado encadenado con gruesos grilletes de hierro alrededor del cuello, manos y pies.

El esqueleto de un monje de época bizantina cargado de gruesas cadenas.
El esqueleto de un monje de época bizantina cargado de gruesas cadenas.

Los arqueólogos creen que este tipo de entierro obedeció a algún tipo de penitencia, ya que los monjes ascetas practicaron todo tipo de privaciones, como la abstinencia sexual, el encadenamiento del cuerpo a una roca, la reclusión en una celda, el confinamiento solitario o el castigo corporal, entre muchas otras prácticas tendientes al sufrimiento voluntario.

La penitencia

Se cree que el monje descubierto en Khirbat el-Masani vivió en la iglesia, o cerca de ella, y que se recluyó en una celda aislada cargado de cadenas, obedeciendo un tipo de práctica ascética originaria de Siria, en el siglo IV o V d. C., pero que se extendió hasta el sur de la región de Jerusalén, al menos, durante el período bizantino.

Vista general de los ábsides de la iglesia, excavados en la roca.
Vista general de los ábsides de la iglesia, excavados en la roca.

Este hallazgo se suma a otro, ocurrido en 1991, cuando Elena Kogan-Zehavi, arqueóloga de la IAA, descubrió los restos de un hombre encadenado en el yacimiento arqueológico de Givat Ha-Matos, ubicado entre Jerusalén y Belén, abriendo varios interrogantes entre los arqueólogos, que intentan comprender las motivaciones detrás de estas prácticas extremas.

Fuente
eldebate.com
Créditos Imagen
Istock / S. Tarkhanova (Universidad Hebrea de Jerusalén) / Assaf Peretz (Autoridad de Antigüedades de Israel)